Alfonso estaba en el panteón,
cuidándole la chamba a la flaca que su casa le confío,
mientras ella degusta a los políticos sin corazón.
Recorriendo la ciudad la catrina
se encontró a una muchacha que una moto abordo,
la chamaca asustada su chicle le pego a la huesuda,
que enseguida la boto en el primer antro que encontró